Todo lo que debes saber sobre superávit y déficit
Anónimo / hace 6 años / 1103 comentariosAbierto y cerrado. Arriba y abajo. Blanco y negro. Hay palabras que están destinadas a estar siempre asociadas. Tal es el caso de superávit y déficit. Semánticamente hablando y en sus definiciones más primarias, superávit es un vocablo latino que proviene de superāre y que significa sobrante o excedente, mientras que déficit proviene del latín deficere que se traduce en menoscabo o escasez. Si bien ambas palabras suelen usarse en distintas disciplinas, es en el plano comercial en el que más se utilizan, ya sea a nivel empresarial o estatal. Así que veamos más de cerca qué es superávit y qué es déficit en el contexto financiero, cuales son sus distintas variantes y, sobre todo, cómo se manejan estos conceptos al referirse a la economía de un país como México.
¿Qué es déficit y cuántos categorías existen?
Entender qué es déficit en economía es sencillo: es cuando los gastos de un ente superan a sus ingresos y, por ende, cuenta con un balance negativo. En otras palabras, ocurre cuando la capacidad de recaudación de ingresos es menor que las cargas. Coloquialmente, existen dos déficits a los que más se hace alusión.
- El déficit presupuestario: se asocia a la administración pública y se produce cuando los gastos que concreta el Estado son superiores a sus ingresos durante un cierto período temporal que puede ser un mes, un trimestre y, en la mayoría de los casos, un año. En el caso de un país, el déficit tiene una relación directa con una mala distribución del presupuesto. Sin embargo, cabe destacar que muchos países manejan una forma sostenida de financiación del déficit que les permiten invertir en un estado de bienestar de gran calidad.
- El déficit público: es el balance de las cuentas de las diversas administraciones públicas de un país, desde la nacional hasta las municipales. El déficit público se expresa en términos porcentuales referidos al producto interno bruto (PIB). Este porcentaje representa una cantidad monetaria líquida, que se calcula una vez que conocemos el PIB de la administración a la que está referida.
Existen muchas maneras de reducir el déficit público, pero todas apuntan hacia equilibrar la balanza ya sea recortando los gastos o aumentando los ingresos. Algunas de las más populares son aumentar los impuestos, reducir sueldos y despedir a empleados públicos. Pero existen muchos economistas que abogan por reducir el déficit solamente con medidas que se enfocan en los ingresos, como serían continuar procesos de crecimiento económico e incrementar exportaciones. Si un Gobierno no consigue reducir sus deudas sólo puede corregir el déficit a través de su endeudamiento con el banco central del país.
-El déficit comercial: es otro término muy utilizado en economía pero, ¿qué es un déficit comercial? Es cuando en la balanza de pagos (que no es más que el registro de las operaciones de comercio que realizan los ciudadanos de un país con el extranjero) los ingresos obtenidos del exterior son menores que los pagos que se realizan fuera del territorio nacional. En otras palabras, cuando las importaciones superan a las exportaciones.
¿Qué es superávit y cuántos tipos de superávit hay?
A diferencia del déficit, el superávit ocurre cuando los ingresos superan a los gastos. Por lo general se hace referencia al superávit fiscal que se origina cuando una administración pública es capaz de recaudar, en un año, más dinero que el que necesita para afrontar sus cargas. También, el superávit fiscal se relaciona con el dinero que una administración recibe de otra en función de lo que esta última aporta (entre una región o provincia y un Estado por ejemplo). El superávit público tiene lugar cuando los ingresos procedentes de las empresas públicas, impuestos, retenciones, etc. superan al cumplimiento de obligaciones y al gasto en servicios públicos. La existencia de superávit suele suponer una correcta gestión gubernamental aunque también puede reflejar la ausencia de inversiones sociales.
Situación del déficit y el superávit en México
Primero que nada, es importante entender que t odos los países de América cerraron el 2017 con déficit fiscal ya que no hubo uno que lograse ingresar más dinero a las arcas de lo que gastó. Como mencionamos anteriormente, el déficit no tiene que ser necesariamente un síntoma de un mal gobierno ya que si bien el déficit puede ser reflejo de un endeudamiento por promesas electorales (como suele pasar en el continente) también existen gobiernos que dedican grandes recursos a programas sociales, obras de infraestructura y proyectos de inversión que terminan impulsando el crecimiento económico.
México logró ubicarse en el séptimo lugar de los países con menor déficit fiscal en 2017 con un 1,4% de su PIB. En líneas generales, el crecimiento de la economía del país ha estado históricamente asociado al desempeño de los Estados Unidos (al igual que le sucede a Centroamérica y el Caribe) mientras que el resto de los países del continente tiende a ver su crecimiento ligado a los precios de las materias primas y el crecimiento de China dentro de la región.
Según información de los Criterios Generales de Política Económica del 2018, que Credy24.mx pudo comprobar en las publicaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México, para 2018 se espera que represente el 2,4% del PIB. El número corresponde a una estrategia que adoptó la actual gestión del presidente Enrique Peña Nieto de incrementar el gasto, sustentado principalmente en endeudarse.
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